“Aferrarse a la agresividad es como agarrar un carbón candente con la intención de arrojárselo a otra persona; el único que se quema eres tú mismo.” –Buda-
Para exponer el siguiente tema me gustaría anotar previamente que: como éste artículo va dirigido a todo tipo de personas interesadas en él, no especificaré detalles técnicos o típicos del vocabulario psicológico (no distinguiré rabia, agresividad u hostilidad, por ejemplo), y mencionar que sólo hablaré de unas pocas pero importantes consecuencias de la rabia (siendo consciente de que existen muchas más) poco deseadas y muy frecuentes.
Empezaré con una breve definición de la rabia como: una emoción útil para la supervivencia del ser humano, es decir: que ante un daño potencial que proviene del exterior, la rabia me puede movilizar de forma que me ayude a adaptarme a la situación eficazmente, puede ser un motor de energía hacia un cambio necesario para mantenerme sano y salvo, puede ser útil. Y por otro lado: la rabia como una reacción desajustada o excesiva ante un estímulo externo (como una crítica o comentario neutral, por ejemplo) con el que se podría elegir reaccionar sin rabia, pero se elige la peor alternativa. Al utilizar la palabra elegir, me refiero a la convicción de que una parte de nuestra emoción se puede educar, o aprender a manejar, me baso en una gran cantidad de manuales teóricos con investigaciones científicas que dan fe de ello y la experiencia personal que tengo al haber podido observar en buen número de veces cómo una persona con la voluntad de mejorar su manera de reaccionar, con las herramientas adecuadas, y con la disciplina y paciencia necesarias ha aprendido a ser “inteligente emocionalmente”, a dominar su “inestabilidad o exceso” emocional.
Ya decía Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.” Puede interpretarse en esta oración que la gran mayoría de las personas se enfada “inadecuadamente” o “incorrectamente”, y la gran mayoría de los que suelen enfadarse excesivamente no es consciente de las consecuencias negativas de vivir con un estilo agresivo, citaré algunas entre otras:
*Consecuencias sobre la salud física: La rabia excesiva (cuando podemos aprender a reaccionar de otro modo) como estilo de resolver problemas o comunicarse socialmente: con los hijos, pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc., se ha asociado al desarrollo de cáncer…por otro extremo, la represión excesiva y frecuente de la rabia o agresividad se ha asociado a cáncer igualmente (entre otros: cáncer de estómago y garganta, por ejemplo). Existen hipótesis similares con respecto al rencor, o sobre los efectos beneficiosos para la salud física de aprender a perdonar, por ejemplo.
*Consecuencias sociales: El hecho de relacionarnos de forma agresiva o brusca (aunque muchos/as dicen que son personas “apasionadas”, cuando en realidad están siendo agresivas) tiene una clara consecuencia social: la soledad. ¿acaso nos gusta estar cerca de personas que nos traten mal, que nos chillen, que nos critiquen, que nos insulten, que quieren constantemente tener la razón? Masoquistas aparte, la mayoría responderá que no, y fácilmente se puede comprender cómo una persona amarga, o ácida o borde…en definitiva agresiva, aumenta muchísimo las probabilidades de que se quede sola, no tenga amistades y no guste a nadie (ni a su propia familia).
*Consecuencias sobre la salud mental: La persona con exceso de agresividad o rabia no percibe el mundo igual que alguien que no se encuentra en ese estado: Puede ver y escuchar cosas desajustadas con la realidad, o puede interpretar que los demás le quieren fastidiar cuando no es así, convirtiéndose en una persona desconfiada y paranoica, y creando consecuencias muy negativas, llegando a dañar a sus seres más queridos insultándoles (en algunos casos golpeándoles), entrando en un estado de pérdida total de la inteligencia siendo esclavo de su rabia que le domina, y provoca hacer, decir o sentir cosas de las que se arrepentirá y luego será mucho más difícil reparar el daño causado. Quiero subrayar el hecho de que la persona está excesivamente enfadada y no está siendo realista, no está viendo la realidad de forma objetiva, será con más frecuencia imposible que resuelva un problema eficaz o inteligentemente en estado de exceso de rabia, ya que la rabia y la inteligencia necesaria para solucionar los problemas típicos cotidianos pertenecen a estructuras diferentes de la personalidad (según dicen diversas escuelas psicológicas) y a estructuras cerebrales diferentes. Además a las personas que se relacionan con frecuencia con agresividad o rabia se les cataloga según los criterios diagnósticos psicológicos y psiquiátricos la mayoría de las veces como “Trastorno de la personalidad”…es decir el exceso de rabia te puede llegar a trastornar psicológicamente más de lo que te imaginas afectando gravemente a tu salud mental y a tu autoestima (o amor propio).
*Una decisión madura:
Vistas algunas posibles e importantes consecuencias negativas de la rabia, y como dice Marco Aurelio: “Más dolorosas son las consecuencias de la agresividad que sus causas”, puedo tomar una decisión madura, pero para evocar la explicación utilizaré una serie de preguntas importantes, te puedes detener unos segundos en cada una de ellas y responder mentalmente:
¿Quieres ser feliz o infeliz?
¿Quieres sufrir mucho o sufrir poco?
¿Quieres ser una persona que contribuye a la felicidad de los demás, o que amarga a mucha gente y amarga a seres queridos?
¿Quieres sentirte bien, o mal? (psicológica y físicamente)
¿Quieres tener amigos y relacionarte bien, o quedarte sólo y no gustar a nadie?
¿Quieres reaccionar ante los reveses de la vida de forma sabia y madura, o como un loco y de forma infantil?
Si quieres ser infeliz, amargar la vida a quienes te quieren, sufrir mucho, sentirte mal, quedarte sólo, y reaccionar como un loco, neurótico o persona infantil, no hagas nada por aprender a dominar tu rabia, deja que tu rabia decida por ti, te domine, y te robe tu inteligencia, pero…
Si puedes lograr un grado de madurez tal en que eres consciente de que: quieres ser razonablemente feliz, sufrir lo menos posible, tener amigos y poder gustar a la gente, y reaccionar de la manera más inteligente o sabia posible, sentirte bien, entonces lo mejor es que aprendas a dominar tu rabia, tu agresividad.
Existen tratamientos psicológicos eficaces para dominar la rabia, y es una decisión que puedes agradecer toda la vida ya que tan sólo con que aprendas a dominar tu rabia ya has cambiado toda tu vida para mejor.
En resumidas cuentas puedes hacer más felices a los que te rodean y ser más feliz tú. Tú decides. La respuesta está en tus manos.
Artículo realizado por Charan Díaz Arquillo (Licenciado en Psicología Clínica en UAB, Máster en Psicoterapia Integradora Humanista, y cursando Doctorado especializado en la rabia.).
Email: psicocharan@hotmail.com
2 comentarios:
Hola Charan
Te felicito por tu incursión en la blogosfera y por tus artículos publicados.
Enhorabuena!!
Kattya
Fantastico articulo. Sin duda un tema de interes para todos. Gracias Charan! Keep up the good work!
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